La Importancia de la Conservación de los Ecosistemas de Carbono Azul para la Acción Climática
Los ecosistemas de carbono azul (BCE, por sus siglas en inglés), incluidos los manglares, las praderas marinas y las marismas saladas, son vitales para la mitigación del cambio climático, ya que almacenan carbono a tasas significativamente superiores a las de los bosques terrestres. Estos ecosistemas actúan como sumideros de carbono cruciales, al tiempo que proporcionan protección costera, apoyo a la biodiversidad y beneficios económicos para las comunidades. Sin embargo, los BCE se encuentran entre los ecosistemas más amenazados por la actividad humana y el cambio climático, por lo que su conservación y restauración son prioridades urgentes. Para maximizar su potencial, los países deben integrar los BCE en sus compromisos climáticos y garantizar la planificación de las inversiones para apoyar los esfuerzos de conservación y gestión sostenible a largo plazo.
Una planificación eficaz de las inversiones es esencial para movilizar los recursos financieros necesarios para proteger y restaurar las BCE, alineándolos al mismo tiempo con los objetivos nacionales en materia de clima y desarrollo. La planificación estratégica de las inversiones permite a los gobiernos atraer financiación, reforzar los marcos políticos y crear oportunidades económicas mediante soluciones basadas en la naturaleza.
Impulsar las inversiones del BCE para la acción climática y el desarrollo sostenible
La biodiversidad y los servicios ecosistémicos -incluidos los que proporcionan los ecosistemas de carbono azul- son esenciales para el bienestar humano, la actividad económica y la resiliencia climática. Sin embargo, las actividades humanas han provocado un rápido declive de la biodiversidad, lo que subraya la necesidad urgente de financiación sostenible para apoyar la conservación. En respuesta, el Convenio de la ONU sobre la Diversidad Biológica adoptó en 2022 el Marco Mundial para la Diversidad Biológica de Kunming-Montreal, con el objetivo de detener e invertir la pérdida de naturaleza al tiempo que se aborda el importante déficit de financiación de la biodiversidad, estimado en 722.000-996.000 millones de dólares anuales durante la próxima década. Se necesitan aproximadamente 83.000 millones de dólares específicamente para las zonas costeras, incluidas las BCE.
A medida que aumenta el reconocimiento del papel fundamental de las BCE en la mitigación del cambio climático, la protección de la biodiversidad, el desarrollo económico y el bienestar social, resulta esencial planificar y movilizar las inversiones de forma eficaz. Esto incluye integrar los objetivos relacionados con las BCE en la NDC 3.0 con estimaciones de costes y estrategias de inversión claras. Esta integración no sólo desbloquea los recursos financieros necesarios, sino que también garantiza que las BCE se integren en las estrategias climáticas nacionales, los marcos de desarrollo sostenible y la planificación financiera. De este modo, los países pueden aumentar la resiliencia, reducir las emisiones, apoyar los medios de subsistencia y asegurar un capital natural vital para las generaciones futuras.
Obstáculos existentes ycondiciones favorables para la financiación y la aplicación de las CND de la CEB
A pesar del creciente interés por las BCE , persisten importantes obstáculos financieros. Entre ellos se encuentran los presupuestos nacionales limitados, las políticas fragmentadas, la escasa capacidad institucional y los datos insuficientes o incoherentes sobre los ecosistemas. Acceder a la financiación internacional también es un reto debido a los complejos requisitos de elegibilidad y cumplimiento. Sin marcos coherentes y una gobernanza sólida, los países tienen dificultades para movilizar recursos y desarrollar proyectos invertibles, especialmente a la escala necesaria para cumplir los objetivos climáticos y de biodiversidad.
Para financiar y aplicar los compromisos de la BCE dentro de las NDC, los países deben establecer unas condiciones propicias sólidas. Esto incluye la obtención de datos de referencia sobre los ecosistemas, la clarificación de los marcos políticos y de tenencia de la tierra, y la garantía de una gobernanza estable y transparente. La capacitación de las instituciones gubernamentales y la inclusión de las comunidades locales también son esenciales para atraer y gestionar la financiación. Unas políticas claras y coherentes son una señal de credibilidad para los inversores, mientras que los datos integrados y las evaluaciones de costes ayudan a alinear las acciones de la BCE con objetivos climáticos y de desarrollo más amplios.
Tipos de financiación de los ecosistemas de carbono azul
La financiación de las BCE requiere una combinación de fuentes públicas, privadas y de mercado. La financiación pública puede proceder de los presupuestos nacionales, los impuestos, las subvenciones o los donantes internacionales y los bancos de desarrollo. Herramientas innovadoras como los bonos azules, los canjes de deuda por naturaleza y los fondos fiduciarios para la conservación ofrecen vías adicionales. Los mecanismos privados y de mercado incluyen mercados de carbono, créditos de biodiversidad y pagos por servicios ecosistémicos. Las estrategias de financiación mixta -que combinan capital público y privado- son especialmente útiles para reducir el riesgo de las inversiones y ampliar su impacto. Una estrategia de financiación diversificada ayuda a alinear los proyectos de BCE con los objetivos climáticos y las prioridades del desarrollo sostenible.
Para saber más sobre el Suplemento de Planificación de Inversiones en Ecosistemas de Carbono Azul, consulta el suplemento dedicado al Marco de planificación y movilización de inversiones climáticas disponible aquí.
Casos prácticos
Recursos de apoyo
Se pueden considerar los siguientes recursos. Explora la Caja de Herramientas del Clima del Portal del Conocimiento NDC Partnership para obtener más recursos de planificación de inversiones en ecosistemas de carbono azul.